La tradición sitúa la fundación del monasterio, en la visigoda allá por el siglo VI. No Obstante, debió de ser a partir de la invasión árabe cuando fue enriquecido con aporte de preciosas reliquias traídas del Sur. Entre todas las reliquias aquí recogidas, la mas preciada fue siempre la de Vera Cruz, o Lignum Crucis en Latín, siendo el mayor trozo conocido de la Cruz de Cristo. Con el llego también el cuerpo del obispo de Astorga, Santo Toribio, que había traído el Lignum Crucis, cuando en el siglo V peregrino a Tierra Santa para salvarlo de la destrucción árabe. A partir de aquí el monasterio que se denominaba San Martin de Tours, paso a denominarse Santo Toribio de Liébana. Desde 1916 esta regido por una comunidad de Franciscanos.
Fue el Papa Julio II quien en 1512 otorgo la bula por la que quedaba establecido el jubileo de una semana, cuando la fiesta de Santo Toribio coincidiera en domingo. Dicho privilegio fue ratificado por el Papa León X.
El Papa Pablo VI, en bula concedida del año de 1967, amplió el jubileo a todos los días del año comprendidos desde el 16 de abril que coincida en domingo, día en que se abre la Puerta del Perdón hasta el mismo día del año siguiente. Pocos lugares en el mundo cristiano que gocen de tales prerrogativas, tan solo tres, Jerusalén, Roma y Santiago de Compostela y a partir de este año 2007 se incorpora el año Santo Jubilar de la Virgen de la Consolación del Santuario de Consolación de Utrera, otorga la gracia el Papa Benedicto XVI en su V centenario, que esperamos de todo corazón se prolongue en el tiempo y podamos celebrar muchos encuentros de confraternidad, como el que iniciamos este año.
Son muchos vínculos los que unen al pueblo andaluz y cántabro, sobre todo sus gentes, desde que llegaron los árabes desde tierras del sur a las tierras cántabras, en plan de confraternizar con ese pueblo tan digno y grande del norte, así como los Jándalos cántabros bajaron a tierras andaluzas, para poner su trabajo al lado de este pueblo del sur lleno de sabiduría, confraternizando con ellos plenamente.
Utrera, Consolación y Cantabria…
La Virgen de la Consolación de Utrera es una de las grandes devociones del sur de España, aunque en los siglos XVII y XVIII fue una de las mas importantes de la cristiandad.
Los marineros españoles que participaron en la aventura del Descubrimiento llevaron su devoción a todos los confines del mundo, y su romería, celebrada en torno al 8 de septiembre, constituyo la mayor concentración religiosa y festiva de aquellos dos siglos.
Este año se cumplen cinco siglos de su llegada a Utrera y la ciudad ha querido organizar grandes actos religiosos y festivos para celebrarlo. Igualmente, el Papa Benedicto XVI, teniendo en cuenta la gran proyección histórica que tuvo nuestra Patrona, ha concedido al Santuario de Utrera la gracia de una Año Jubilar que quiere unirse en la fe con el ya consolidado y conocido Año Jubilar de Liébana.
Utrera, que acogió durante los siglos XIX y XX aun numero de cántabros, quiere aprovechar esta jornada de confraternidad con el Año Jubilar de Cantabria para hacer publico homenaje a su memoria, como legítimos y destacados hijos de esta ciudad, a la que aportaron algunos de sus grandes logros.
Consolación y Liébana: dos tradiciones distintas pero una misma fe, que hoy se abrazan ante la antigua y milagrosa imagen de la Santísima Virgen de Consolación.
Nuestro agradecimiento a todos los promotores y los participantes que nos acompañaron durante estos inolvidables momentos.
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